Dado que el tiempo seguía pasando y parecía que este asunto no le importaba a nadie a quien debiera importarle, enviamos un mensaje de petición de ayuda a través de Internet, para ver si alguien nos podía orientar sobre los pasos que podíamos seguir.
Algunos nos dijisteis que contactáramos con el Defensor del Pueblo. Pedimos cita y nos recibió alguien de su oficina, el día 6 de abril, aquí en Toledo. Recogieron los escritos que obraban en nuestro poder y nos comentaron que nos mantendrían informadas de las actuaciones que fueran llevando a cabo.
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