Afortunadamente, el mensaje de petición de ayuda que enviamos llegó a mucha gente y todos empezaron a pensar qué podían hacer por Ana.
Para nuestra sorpresa nuestro mensaje también le llegó a un miembro de la Junta de Personal que se interesó mucho por el caso. Grata sorpresa pues Ana había contactado con dos sindicatos cuando comenzó todo pero no mostraron mucho interés en el asunto.
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